viernes, 23 de octubre de 2009

La muñeca


De reojo miro a la gorda de manos gruesas

no dejo de mirarla cuando cae su cabeza y

su pelo confundido entre los dedos de mi

niña traviesa.


De reojo veo que ella tiene corazòn de trapo

y de inocencia, pintada en los labios con el

color de la pureza.


De reojo, miro y remiro absorta metida en

una burbuja de paciencia, ella le habla

cosas al oìdo, ella callada muestra su

sonrisa eterna.


Y asì de reojo, veo con gran pena que aquellos

instantes sòlo seràn recuerdos de frambuesa,

aquellos momentos dorados con bordes

rosados, lacitos que adornan los sueños de mi

princesa.


Se me antoja abrazar a esa muñeca y sentir

como late su corazòn de trapo, ella trae alegrìa

ella trae magia entre ceja y ceja y no son

tonterìas verla bailar al son de mi niña, que

sòlo juega.

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